volaré y volaré y tu conciencia derribaré

Tantos años años cargando 
hombro con hombro
y todavía sigo sin saber si tu silencio 
arropa o me entrega desnuda a la arena.
No sé si eres amigo o enemigo, compañero.
Yo grito y tú vuelves ciegos los oídos.
Tal vez es que piensas que sin lengua
mi dolor será menos intenso.
Lo que no entiendes es que tu lengua
puede ser mi espada.

Llegará el día en que no me queden uñas
ni saliva y mi cuerpo se abandone
en algún rincón de esta plaza.
Tal vez entonces
cuando llegue ese día y a mi cuerpo
lo cubran los gusanos y la mierda
y la sangre y las flemas (que serán dulces)
tal vez a ti
comiencen a nacerte las palabras.

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