a las que no estáis

Una fotografía ha revelado que dentro guardo 
dos bolsas llenas de canicas. Son muchas y son negras.
Yo agito siempre las dos bolsas 
y las canicas rebotan en mi vientre y me duelen 
porque son mías.

Las canicas son como las hijas que nunca tendré
como las hijas a las que nunca leeré
como las hijas a las que nunca amaré.

Salto y no me importa romper mis tobillos.
Golpeo mi tripa y me da igual mi páncreas.
Fumo y no reparo en mis dientes perdidos.
Bebo y no me preocupa mi hígado. 
Lamo montañas de azúcar y no pienso en mi sangre

porque mis canicas jamás serán mis hijas.

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